CR15

El hotel de los 11 tangas 🩲

El hotel de los 11 tangas es una intervención que realizé allá por el año 1993 en un hotelito un poco especial.

No se si tanga es masculino o femenino, poner el genero que queráis, a  mi así a bote pronto me sale masculino, no se porqué.

Era se una vez un frigorista el día 12 de agosto de 1993, creo que tenía 25 años.

A las 4:30 pm, lo que aquí en España decimos las 16:30 la responsable de asistencias me pide que me acerque a la oficina, ha entrado un aviso algo urgente para atender lo más rápido posible.

ASISTENCIA

Me da una nota de asistencia en la que indica claramente la fecha:

12 de agosto de 1993

Si no me equivoco era jueves, venia un fin de semana largo puesto que en España el día 15 es fiesta nacional.

Como el domingo era día 15 el lunes era también festivo, aquí se hace un desplazamiento al lunes de los festivos que caen en domingo.

En la descripción de la incidencia pone algo así como:

Hotel

La cámara frigorífica no enfría y se deterioran los alimentos.”

Para mi era suficiente información, no necesitaba más,

bueno si,

la dirección, pero, en esta ocasión me la dio de palabra.

-Pasas el pueblo ese que hay en dirección a Burgos y a unos 500 metros a la izquierda está el hotel.

Me dice ella.

Hotel
Hotel

Vale perfecto pensé yo, no tengo ninguna duda.

Me pongo en marcha con mi CR15 (si alguien piensa que CR7 tiene la exclusiva del nombre se equivoca).

VEHÍCULO DE ASISTENCIA

En aquel momento tenía una Citroen C15 Roja.

Estaba totalmente rotulada:

Refrigeración

Aire acondicionado

Maquinaria de hostelería

Ventilación

Vehículo de asistencia
Vehículo de asistencia C15

Yo no pasaba desadvertido te lo aseguro.

Ya me conocían como Argi o también como CR15.

Una vez que paso el pueblo veo un hotel a mi izquierda,

pero,

estoy confundido, no concuerda con el nombre que me dijeron en la oficina.

Yo sabía que había cambiado de nombre varias veces en los últimos años, sin embargo, no me aclaraba.

Pasé de largo unos 2 kilómetros en los cuales al final había una desviación claramente hacía Burgos.

Di la vuelta, porque estaba claro que me había pasado de largo, pero seguía con la duda, este edificio tenía unas luces raras para ser un hotel, aunque hoy todavía no estaban funcionando.

Pero, recuerdo que las había visto antes.

Si quieres saber más, puedes comunicarte con nosotros en nuestra pagina de contacto.

También puedes unirte a nuestra suscripción.

Hotel
Gran hotel

LOCALIZACIÓN DEL LUGAR

Pensé que no podía ser otro lugar porque todas las descripciones coincidían, por lo tanto, paré,

dejé la C15 un poco separada, debido a que daba todo el sol de la tarde a la fachada, como hacia bastante calor pensé:

Voy a dejar la furgoneta debajo de las ramitas de un pequeño árbol a unos 40m aproximadamente de la entrada.

Cojo la caja de herramientas, ésta era una de esas cajas antiguas, azules de dos asas que separabas un asa para un lado, la otra asa para el otro y te quedaba todo a la vista.

Excepto las tapitas superiores que podías abrir sin separar las asas.

Pesaba bastante, calculo que entre 20 y 25 kgms, y se notaba porque cuando la cogía mi cuerpo tenía que contrapesar levantando el brazo contrario.

La verdad es que podía haber dejado la CR15 a la misma puerta, pero tenia una duda existencial,

¿que prefería?,

pujar 40 metros 20 kgms o que después se me quemaran las nalgas en el asiento de skay?

Decidí lo primero, ¡era joven y fuerte!

Entre en el hotel, puede que fuesen las 18:30 de la tarde, abro la puerta, entro como puedo con mi brazo extendido de contrapeso y ….

lo primero que veo son 11 tangas apoyadas en una barra de mostrador.

Esto me desconcertó completamente, bajé el brazo de contrapeso y derrepente la caja de herramientas dejo de pesarme.

Era como si llevase una pluma, ¡no sentía nada!

Estaba bastante oscuro, pero puedo asegurarte que por dentro de los tangas había 11 culos y sus correspondientes minitops superiores,

de alguna manera les tengo que llamar.

Como acto reflejo me di media vuelta, salí del supuesto hotel y me puse a correr hacia la furgoneta más rápido que este tipo,

como se llama,

Usain Bolt y además con una maleta de herramientas de mas de 20 kgms.

Si él era más rápido que el viento yo fui más rápido que un rayo.

Me monte en mi CR15 y salí derrapando.

Lo primero que pensé fue:

Soy el tío más imbécil de este planeta, vaya cagada, el más tonto de esta galaxia no tiene un error de este tipo.

Cuando me acerco al pueblo de al lado, decido parar en un bar para llamar a la oficina, y reñir a la encargada de las asistencia por el terrible error que ha cometido, ella, no yo.

Te recuerdo que en aquellos momentos no había teléfonos móviles y las cosas eran supuestamente más difíciles, pero no para mi compañía.

Estoy convencido de que esta chica de mi oficina tenia un GPS en su cabeza y sabía exactamente donde estaba en cada momento, puede que esto te lo cuente otro día…

Se confirma lo peor, no hay ningún error, ese es el sitio correcto, lo voy a llamar Hotel Camino de Burgos.

Hotel
Hotel

A partir de las 20:00, hora española, se llamaba Club la Sirenita.

Regreso al Hotel Camino de Burgos dejo la CR15 marcha atrás pegada a la puerta de entrada, ¡me da igual que se me quemen las nalgas!, pero cuando termine salgo como un formula 1.

 COMIENZA LA REPARACIÓN

Vuelvo a entrar con la caja de herramientas, la situación era la misma, once tangas separadas milimétricamente por toda la barra.

Note como 22 ojos me miraban como si fueran rayos cósmicos atacándome con virulencia.

No había otra cosa mejor que mirar, no tenían nada más interesante el aquel momento, por lo tanto, no se perdían detalle de todo lo que hacia.

Me imagino lo que estaban pensando:

¡Ha vuelto el gilipollas de antes con esa pedazo de caja que no puede con ella!

Pregunte por el encargado, a lo que varias chicas me responden al unisono que no, que es encargada.

Vale perfecto pensé yo, me da igual, necesito hablar con alguien urgentemente.

Una de las chichas se fue a través de una puerta al final de la barra a buscar a la encargada.

Pasaron unos 3 minutos, no dije ni una palabra, creo que han sido los minutos más largos de mi vida.

Apareció una chica delgadita, no muy alta, con el pelo rubio, parecía rubio postizo, es decir teñido, bueno da igual.

Me dijo que se llamaba Franchesca, y me dio las gracias por haber acudido tan rápido.

Por fin algo empezaba a tener sentido para mi.

Mientras me llevaba a donde estaba la cámara averiada, me iba preguntando si ese nombre sería italiano, franceś o griego…

Que más da me dije, tengo que centrarme en mi trabajo, terminar y marchar a toda pastilla.

Me llevo a la cocina.

En la cocina vi una cámara frigorífica de unos 1’7 metros de alta y 1’50 m de ancha, era de acero inoxidable, era bastante corriente.

Cámara frigorífica
Cámara frigorífica vertical

En estos casos siempre hago bastantes preguntas.

– ¿que síntomas tiene?

Le pregunto a Franchesca

– Lleva varios días que se nota muy poco frío dentro y se nos deterioran los productos.

Me contesta Franchesca.

– Gracias, me sirve con la información que me das.

Le contesto yo.

Lo primero que hago es ir a por el puente manómetros y se lo conecto a la toma de baja presión.

Después una vez colocado, veo que la presión del refrigerante es demasiado baja está por debajo de 0 bares.

El diagnóstico es claro: fuga de refrigerante .

Voy a por una botella de nitrógeno pequeña que siempre llevaba en la CR15.

Siempre concienciado con la naturaleza.

Conecto la botella de nitrógeno con todos sus artilugios, que no voy a describir, y dejo la presión interna en 10 bares, suficiente para localizar una fuga en un circuito de refrigerante R12.

Rápidamente aparece la fuga, sopla como un globo cuando se desinfla.

Evaporador con una picadura entre las aletas de aluminio.

Tuve mucha suerte, se encontraba por la cara vista, por lo tanto era bastante sencilla la reparación.

Retiro el nitrógeno, separo las aletas para dejar el tubo de cobre a la vista, limpio muy bien el tubo y voy a por soplete.

Como te puedes imaginar cada viaje que daba a la furgoneta pasaba por delante de los 11 tangas y de sus miradas, me daba vergüenza.

SOLUCIONANDO LA AVERÍA

Teniendo el tubo de cobre bien limpio, sueldo con varilla fosforosa, y la soldadura queda perfecta.

Debido a que ese equipo estuvo trabajando en vació y con total seguridad entro aire húmedo en la instalación de refrigerante, le cambié el filtro deshidratador.

Lo normal en estos casos es volver a probar con nitrógeno, pero a veces cuando tienes experiencia y confías en lo que haces, evitas este segundo paso.

Este proceso suelo saltármelo porque confío en mis estadísticas.

Ahora aprovecho los viajes de vuelta a la CR15 llevando lo que ya no necesito y cogiendo la bomba de vacío.

Pongo la bomba de vacío a funcionar y término de llevar las herramientas no necesarias para la furgoneta, aprovecho y acerco la botella de R12 para cargar la cámara de refrigerante.

Cuando termino de hacer el vacío, espero unos minutos para ver si se mantiene, si es así, procedo a cargar de gas refrigerante.

 

La carga en aquellos tiempos se realizaba por el sistema de la vieja escuela, ibas poco a poco poniendo refrigerante hasta que quedaba en su justa medida.

En aquellos tiempos no había basculas tan precisas y tan baratas como ahora.

Había unos cilindros que eran un autentico incordio, yo nunca los utilice, siempre se me rompían.

Terminé la reparación y me dispongo a recoger todas las herramientas,

estaba súper feliz,

ya podía irme.

Cuando estaba a punto de salir con la caja de herramientas a por la hoja de servicio, me llama el camarero.

-Chico, chico, por favor, necesito que me compruebes los bajo-mostradores (botelleros) y el fabricador de hielo.

 

– Cuéntame un poco que le notas.

Le dije yo.

– Enfrían poco, se que es verano, pero otros veranos enfriaban más.

Me dice él.

Paso detrás de la barra y acerco mi mano a la unidad condensadora de los botelleros y la del fabricador de hielo.

Tenían el mismo síntoma, temía una segunda fuga en alguno de ellos, pero solo era falta de limpieza del condensador.

Cojo de nuevo la botella de nitrógeno, entro dentro de la barra, pongo un latiguillo a continuación del mano-reductor y comienzo la batalla.

Después de la limpieza de los tres condensadores y de un ajuste en la regulación del almacén de hielo en el fabricador, rezaba por que no entrase nadie en el local.

No se veía nada a más de medio metro, entre la poca luz y la cantidad de partículas en suspensión después de la limpieza de los condensadores, aquello no era una zona habitable.

Les dije a todas las personas que se fueran y que abriesen todas las puerta y ventanas.

Yo salí para la calle.

Realicé el parte de trabajo tranquilamente para dar tiempo a que se disipase el polvo en suspensión.

Cuando regreso, ya estaban allí los once tangas al pie del cañón,

una de las chicas me dice:

-Hola chico cuanto polvo nos has echado.

– Si estás interesado puedes dejar algo más aquí.

– ¡Podemos pagarte de otra manera!

Me dio una tos perruna al escuchar eso,

no sabía donde meterme, esto si que no me lo esperaba.

– Mucho polvo, mucho polvo, (le dije tosiendo) siento mucho haberos echado tanto polvo.

Lo siento tengo mucha prisa, tengo que irme.

La pregunta que me hacía era:

¿Si hago eso, como le pago la asistencia a mi jefe?

Solo se me ocurrían un motón de guarrerías que no estaba dispuesto a probar.

Le dije no, que si era tan amable avisase a Franchesca, que mi asistencia había terminando.

Efectivamente la avisaron y los pocos minutos esta atendiéndome.

Le di la factura, si mal no recuerdo eran unas 14.745 pesetas, era algo por encima de lo habitual, pero había sido una reparación muy limpia (me refiero al trabajo propiamente dicho) porque suciedad en suspensión fue terrible.

Aprendí rápido a no tener esos problemas de suciedad al limpiar los condensadores.

Franchesca me pagó sin rechistar y me dio la gracias.

Me despedí amablemente de todas las personas que estaban allí y me fui derrapando.

REFLEXIÓN

A veces pasan cosas que no esperas, pensé que no volvería a un sitio de ese tipo, además estaba muy contento con el trabajo que había realizado, con lo cual espera no tener problemas en años.

¡Como son las cosas!, al cabo de un año tenía que pasar por este tipo de puriclubs (cambio la t por la r por que quiero) aproximadamente en 200 km a la redonda de mi centro neurálgico.

Pero además solo querían que fuese yo.

Hay un refrán en España que dice que si no quieres caldo, aquí te ponemos ración triple.

Pero paso otro cosa muy curiosa, todos sabían que llevaba una C15 roja, rotulada por los dos lados.

Resulta que uno de mis futuros cuñados vio esa furgoneta inconfundible a la misma puerta de ese puriclub, ese mismo día.

En ese momento tenia una medio novia, la cual es ahora mi novia entera, vamos mi pareja.

A los pocos días me lo dijo.

-¡He visto tu furgoneta parada en el puriclub la Sirenita!

-No era yo le dije,

mentí.

-En estos sitios también tienen cámaras frigoríficas y alguien las tiene que arreglar.

Le dije yo

Le salió una carcajada.

-No mientas bellaco, se que era tu CR15.

-Estoy seguro de que estabas dentro.

Solo pensaba que si se enteraba mi medio novia, eso podía terminal fatal.

Si se entera ¿que le digo?

¡No es lo que piensas, te lo puedo explicar!

O también le podía decir:

¡me dedico ha esto, todos los días me recorro los puriclubs de la zona!

Suena fatal,

bueno,

con el tiempo, fui contando que por mi trabajo tenía que hacer esas cosas y que no implicaba nada más,

no sucedió ningún desastre, aunque espera una situación peor.

Si supieras lo que he visto en esos sitios, alucinas…

Si quieres saber más, puedes comunicarte con nosotros en nuestra pagina de contacto.

También puedes unirte a nuestra suscripción.

Esto ha sido todo por hoy, disfruta de la vida.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio